No hay transmisión sin emoción, y las emociones se transmiten a la perfección a través del lenguaje corporal de la danza. La ezpata-dantza no será el final de la función, ya que a continuación se invitará al público a bailar. Será una sesión de danza en la que los dantzaris y los espectadores compartirán el espacio. Con danzas conocidas por muchos ciudadanos y ciudadanas, y con las indicaciones necesarias, convertiremos al público en participantes activos del evento, cerrando así el día con la comunidad en danza.